Por.
Johanna Terrero y Rosa Doñé.
En la actualidad observamos como las familias con
hijos adolescentes se enfrentan a intensos cambios, esta etapa es considerada
por varios autores como una de las más difíciles dentro del ciclo vital de la
familia. A diario encentramos padres que
están en lucha titánica con sus hijos y asisten a la escuela en busca de ayuda.
Esta característica se nota en los típicos conflictos padre-hijo referidos
a la defensa de la privacidad y de la autodeterminación por parte del
adolescente estando esto en contraposición del intento de los padres por
mantener las normas relacionada con la niñez, la cual fue superada. La
tarea parental en esta etapa es difícil.
Encontramos padres que
dicen que su familia antes de su hijo entrar a la adolescencia era tranquila
(funcional) pero cuando su hijo cumplió 9 o 10 años todo cambio. Dicen “esta
familia es un caos, se está destruyendo, no sé qué hacer con estos muchachos,
ante no era así; son de la expresiones de los padres con hijos adolescente.
La crisis familia en esta
etapa viene dada por las características evolutivas de la misma: confusión y
ruptura, cambios y limites, dificultad para crecer y acercarse a la madurez,
dependencia-independencia, aceptación de lo diferente y dejar crecer, a esto le sumamos la falta de
tiempo de los padres para mantener una comunicación afectiva y efectiva con sus
hijos/as, es uno de los factores determinante, para que se presente situaciones
de crisis en la familias actuales.
Estrategias a tomar en
cuenta para salir exitosamente de esta etapa:
·
Reevaluar los
nuevos roles.
·
Redefinición de límites y reglas.
·
Recambios de
rituales y costumbre.
·
Revisión de
las fidelidades adquiridas y creación de nuevas.
·
Crear un
nuevo enfoque de cohesión familiar.
Este tema es de suma importancia porque si los padres no se educan sobre está etapa del desarrollo del hijo/a no podrán acompañarlos y apoyarlos a transitar y salir airosos de la misma.
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