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miércoles, 13 de mayo de 2015

Familia con niño Especiales

Por:
Elsa Sánchez
Yesenia Acosta Almonte
Joel González


Tomando en cuenta el gran valor que ejercen y promueven los niños/as y específicamente la forma en cómo ellos, son capaces de  cambiar  nuestras vidas, no menos cierto le dan  mucho más sentido y significado a la misma.

El síndrome de Dawn  es un trastorno genético que afecta a miles de niños en nuestro país y en el mundo.
Tomando en consideración esta situación, esta proviene desde la misma concepción con la llegada del espermatozoide al ovulo.
            Tener un niño  especial es un verdadero orgullo, aunque paradójicamente y por ironía de la vida, se hace  necesario destacar que con su llegada cambian nuestras formas de ver la vida, pero con su amor y espontaneidad nos revolucionan,  de manera gratificante.

Destacando desde el punto de vista es cierto que dé a priori se pueden ver como un problema al nacimiento o con la llegada del mismo,  generando un caudal de preocupaciones.
A pensar del transcurso del tiempo nosotros empezamos a percibir esa situación como algo normal.

Con  la fe puesta en Dios y el gran valor del  Amor, ellos nos sensibilizan y nos brindan la mera convicción de aprender a utilizar estrategias y métodos específicos, según se requiera para lograr en ellos perspectivas y actitudes normales entre sus  iguales  y  de la manera que estos sean tratados  se definirán que tipo de ciudadanos les estamos dando a la sociedad.

Desde el ámbito familiar, escolar y social  donde el individuo juegue su papel protagónico, comprometidos, capases y competentes hasta sujetos totalmente dependiente en todos sus quehaceres.

Por ende nosotros en calidad de profesionales de la conducta nos sentimos comprometidos en concientizar, orientar, educar a las familias, ámbito escolar y la sociedad sobre este tipo de patología, en el modo de cómo ellos se acepten y por consiguiente sean aceptados por todos.  

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