Por.
La familia es la principal institución de toda
sociedad. El funcionamiento de las personas dentro de estas por ello, desde
luego se vuelve fundamental ya que influye de manera profunda en su desarrollo
personal, cultural, social y desde luego emocional. Una situación de
alejamiento familiar puede tener consecuencias graves en estos renglones y en
los peores casos, todos. Dicho alejamiento, puede manifestarse de distintas
formas ya sea viviendo juntos bajo en un mismo techo o en hogares
diferentes.
Una de las
funciones que tiene la comunicación al interior de las familias es poder
expresar sus necesidades y que estas sean escuchadas y satisfechas por otro
miembro de la familia. Una de las dificultades habituales de la familia radica en
pensar que ese otro va a poder adivinar lo que uno necesita. Esto ocurre tanto
con necesidades materiales como con necesidades afectivas.
Por esto es
fundamental que todos los miembros de una familia puedan expresar inquietudes,
necesidades, deseos, emociones, expectativas, sin temor a ser rechazados o
ignorados por los demás integrantes, al hacer explicitas todas esas necesidades
se establece una relación mucho más clara y eficiente.
Todo esto gira alrededor de la comunicación. Si
esta ve fuertes obstáculos que la llevan a ser considerablemente reducida, los
efectos colaterales psicológicos no se hacen esperar.
Las relaciones personales tienen una importante influencia en el estado
emocional de las personas. Al hablar de las relaciones familiares, dicha
influencia aumenta. Constantemente vemos como individuos que mantienen lejanía
o en casos específicos, enemistad con familiares inmediatos, independientemente
del éxito personal que puedan lograr, la felicidad es ajena a grandes rasgos.
Peor aún, sus relaciones fuera de la familia también se ven afectadas.
Es precisamente por esto que la comunicación familiar debe ser privilegiada
dentro del núcleo de esta institución para favorecer la salud psicológica de
sus integrantes.
Muchas
veces, las riñas entre familiares suelen suceder por malos entendidos que se
efectúan precisamente por la falta de comunicación. Cuando se deja simplemente
asumir, la mente de las personas con rienda suelta tiende a magnificar
situaciones que implantan la intranquilidad psicológica. La mejor fórmula
para contrarrestar esto es sin duda una comunicación sana, constante, sincera y
abierta
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