Yvelisse Alcala Pool,
Alexandra Ramón Hilton
Jolenny Tineo Encarnación
La
familia tiene una gran responsabilidad en la Sociedad que no se limita a la
procreación para perpetuar la especie humana y proporcionar el sustento de cada
uno de sus miembros, sino que tiene en deber de integrarlo a la sociedad de
manera sana y productiva.
Es precisamente en el seno familiar donde los
seres humanos crecen, adquieren hábitos, costumbres y desarrollan valores. El
comportamiento que asumen los niños y niñas una vez que se conviertan en
adultos, dependerá de lo fortalecido que salgan de seno familiar, de lo que le enseñamos
y de lo que aprendieron.
Por lo tanto, es una función primordial de la
familia propiciar un ambiente de paz y armonía entre sus miembros, sabiendo que lograr esto dependerá de que la
familia se apoye sobre la base del amor, cooperación, la igualdad y el respeto.
Cultivar los valores humanos es tarea también
de la familia porque lo que va a garantizar actitudes positivas de las personas
dentro de la sociedad.
La adquisición de valores depende como casi
todo en la vida de nuestros hijos, de sentirse queridos, seguros, de
desarrollar lazos estables con sus padres y madres y de la seguridad en si
mismo. Solo sobre una base de amor y seguridad nuestros hijos podrán aprender
esos valores.
Los padres y madres debemos educar con nuestro
estilo de vida, en la forma de relacionarnos, de defender a alguien, de actuar
con justicia, cuando practicamos valores como: tolerancia, respecto, la
cooperación, la honestidad, el amor; es una forma de educar en valores y
nuestros hijos e hijas nos imitaran.
Si las células se enferman, el organismo pierde
la salud. De igual forma cuando los valores de la familia se deterioran la
sociedad se daña.