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sábado, 19 de septiembre de 2015

FAMILIA Y ORIENTACIÓN

Por:
Felisa J. Victoriano E.
Grimilda Veloz A

La familia podría ser descrita como un sistema. Este sistema es humano y se basa básicamente en relaciones afectivas y/o consanguíneas, para facilitar el desarrollo de quienes lo conforman. Las personas que forman parte de una familia tienen la oportunidad, dentro y fuera de ésta, de adquirir ciertas estrategias de maduración integral.

 La familia, aunque definida de forma general, en la práctica es, en cada caso, distinta. Toda familia que existe funciona; con reglas, principios, valores, engranajes distintos unas de otras, dentro de su propio orden (que algunos llaman desorden) funciona de la forma en que considera prudente para sus miembros.

El cambio está presente en todo sistema, y como sistema vivo, la familia no es la excepción. Estos cambios que se presentan en la familia suelen darse tanto dentro como fuera de ésta, y sin importar su naturaleza (interna o externa) y a pesar de que cada familia es distinta, ninguna escapa a esos cambios que afectan su dinámica de manera constante.

Dentro de la dinámica familiar, están incluidas varias responsabilidades de sus miembros, desde el cuidado de los hijos por parte de los padres, hasta el papel que juega la familia como agente o institución educativa. Es en esta última responsabilidad, donde la orientación educativa familiar jugará un papel preponderante, ya que le corresponde establecer técnicas, elementos, recursos, métodos que se encaminen a fortalecer las capacidades latentes que persiguen el objetivo de reforzar los vínculos que unen a los miembros del sistema familiar con los del sistema escolar para que puedan alcanzar los objetivos que ambas persiguen en la formación de individuos críticos, creativos, libres, autónomos, responsables, que sean dueños y amantes conscientes de su propia vida y acciones, a la vez que respetan la vida y las acciones de los demás.  

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