Una sociedad que no tienen régimen de consecuencias reales para los adultos que se arriesgan a tener relaciones sexuales consensuadas o no con menores, un país donde cualquier niño de menos de 10 años va a comprar un pote de ron al colmado y se lo venden sin problema, discoteca se repletas de menores vestida como mini mujeres que salen a divertirse obviando las consecuencias emocionales, biológicas y psicológicas de esas relaciones en la que entran creyéndose grandes, eso es lo que tenemos sumado a un código del menor mal empleado y poco respetado por la flexibilidad con que se utiliza es la verdad de nuestra isla.
Las sociedad del descaro donde los padres motivan a las niñas a mover las chapas, jugar al "teteo" y las llevan a los canales de televisión para que se hagan una foto con las presentadoras que ellas admiran y que muestran su cuerpo en esos espacios cual vitrina en el conde.
Alarman los titulares de representantes de Jesucristo que han abusado de menores y cuando leemos el artículo nos damos cuenta que los padres permitía que el pastor o el sacerdote se llevará al niño o a la niña para la loma a amanecer orando o sencillamente los padres lo entregaron porque no podían con el.
Y al llegar a Abril y en él se trae por las greñas el tema del abuso infantil, se cansan los orientadores y psicólogos en las escuelas de decirle a los niños que no se dejen tocar , de recordarles que tienen derechos y que tienen que denunciar si son abusados, los pobres niños miran con sus ojos tristes los discursos, que emanan de esas charlas y muchos ha preguntan y cuando mi maestra me dice que soy un estúpido de la clase quién me va a defender?
En este momento y aunque sea doloroso admitirlo esta es una sociedad de intolerancia contra los niños, en ella sus derechos no son valorados aquí en cualquier esquina y con niños presentes hay un grupo utilizando hooka y escuchando música sexual muy explicita y nadie hace nada, somos la sociedad del dejar pasar donde los padres han asumido yo lo solté, ya no puedo con él como una herramienta primordial de crianza, imposible contabilizar las docena de veces que hemos estado en un espacio público donde se escucha decir a una madre ya no puedo con este muchacho ojalá se lo lleve la fiscalía o CONANI.
Todos somos compromisarios del abuso porque quien no ha visto un niño parado en un semáforo limpiando cristales, quien no se ha encontrado con un menor vendiendo plátanos en una carreta o camioneta y por el amor de Dios las primeras damas hermosas se hacen fotos con los niños mocosos en los barrios y salen en auxilio del caso que logró titulares en los medios digitales pero nadie se sienta a decir vamos a revisar esta ley que está ahogando a los pobres menores en una vida que le resta oportunidades.
Son menores para lo que le conviene dicen los inescrupulosos que dejan de lado que muchos de estos niños vienen de situaciones de precariedad que les ha permitido que desde pequeños vean a sus padres teniendo relaciones sexuales, o viendo a los del punto vendiendo, otros solamente tienen la comida del día segura si van a la escuela allí se la dan y otros tantos han tenido que aprender a vender sus favores como cuidadores de niños de otros que tienen más dinero.
Ya no sé si vale la pena esperar a que llegue abril para hablar de abuso y maltrato infantil cuando es un tema que veo a diario a mi alrededor, lo veo y me duele no poder hacer algo, lo siento en la piel cuando veo que los padres comparan a sus hijos con otros niños eso también es abuso, se les niegan a decirles de dónde vienen por qué el papá es un tipo malo, les prohíben visitar a los abuelos y hasta jugar con niños de su misma edad por qué no son de su misma clase social.
Un tema del que no queremos hablar que es el resultado de una sociedad dañada que ha sido construida por todos los gobiernos que han pasado y qué has sido abonada por música degradante y decadente en la que las mujeres son perras orgullosas de ello y en la que los machos hablan duro y las agarran a todas y también se sienten orgullosos de ello.
