Por:
Luisa María Lebrón Vicente
Yorkenia Alcántara Matos
María Estela Corcino
Valenzuela
Querido
joven, te hablare postergado y muy en serio de los riesgos y gritos que
extenúan el silencio como si fuera una ironía sutil llevándote al mismo
infierno.
En
su premura de rojas pesadillas instan y mueve tus parpados, las calles y los
medios es un candelero que baña a todos los continentes de ineptas imágenes en
un océano bravío de mar abierto cubierto en desilusiones y escalofríos
lunáticos, obstinando el universo en continuas enredaderas de sus absurdas
alas, dando un ímpetu mortal a su aire de ternura.
Joven
aléjate de las drogas, ocúpate de cosas más importantes como tu proyecto de
vida estas sustancias solo generan dependencia y enfermedad maligna. ¡Cuidado!
No continúes por camino de rebeldía que puede llevarte al abismo. No dejes que
estas píldoras te seduzcan.
Joven
considérate como único e irrepetible sueña, ríe y canta, llénate de coraje, tu
posees la gracia desbordante. Las drogas acaban con tu sueño y paralizan tu
reloj dando desasosiego a tu vida.
Amadísimo
y loable joven, nueva vez insisto no te confundas todo lo que brilla no es oro.
Debes ser precavido al dar tus pasos porque al final concluye realmente
encontrándote a ti mismo.
Sinceramente
evita que estas sustancias continúen terminando con el mundo en sus éxtasis de
fantasías con manos invisibles que traen ofertas atractivas y apacibles que
solo terminan en la textura misma de su infierno.
Ayúdame
y continuemos juntos para que forjemos con desvelo los valores más
trascendentales. Propaga el deporte, el arte, la cultura y el amor; cultívate
por fuera y por dentro que el firmamento es bello, el sol brilla para ti cada
dia. Sigue siendo quien eres, no te desvíes que eres el futuro promisorio de la
patria, dile no a la muerte en un si saludable e irrenunciable a la vida.
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