lunes, 5 de mayo de 2014

¿”Quién empacó hoy tu paracaídas?”.

Charles Plumb, era piloto de un bombardero en la  guerra de Vietnam.
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Después de muchas misiones de combate, su avión fue derribado por un misil.
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Plumb se lanzó en paracaídas, fue capturado y pasó seis años en  una prisión norvietnamita. A su regreso a Estados Unidos,  daba conferencias relatando su odisea, y lo que aprendió en la  prisión.
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Un día estaba en un restaurante y un hombre lo  saludó:
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Le dijo “Hola, usted es Charles Plumb, era piloto en Vietnam y lo  derribaron verdad?” “Y usted, ¿cómo sabe eso?”, le preguntó Plumb.
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“Porque yo empacaba su paracaídas. Parece que le funcionó bien, ¿verdad?”
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Plumb casi se ahogó de sorpresa y con mucha  gratitud le respondió.
“Claro que funcionó, si no hubiera funcionado, hoy yo no estaría aquí.”
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Estando solo Plumb no pudo dormir esa noche, meditando:
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¿“Se preguntaba Cuántas veces vi en el portaaviones a ese hombre  y nunca le dije buenos días, yo era un arrogante piloto y él era un humilde marinero?”
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Pensó también en las horas que ese marinero paso  en las entrañas del barco enrollando los hilos de seda de cada paracaídas, teniendo en sus manos la vida de alguien que no conocía.
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Ahora, Plumb comienza sus conferencias  preguntándole a su audiencia:
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¿”Quién empacó hoy tu paracaídas?”.
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Todos tenemos a alguien cuyo trabajo es importante para que  nosotros podamos salir adelante. Uno necesita muchos paracaídas en el día: uno físico, uno emocional, uno mental y hasta uno espiritual.
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A veces, en los desafíos que la vida nos lanza a diario, perdemos de vista lo que es verdaderamente importante y las personas que nos salvan en el momento oportuno sin que se los pidamos.
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Dejamos de saludar, de dar las gracias, de felicitar a alguien , o aunque sea, decir algo amable sólo porque sí.
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Hoy, esta semana, este año, cada día, trata de darte cuenta quién empaca tu paracaídas, y agradécelo.
Aunque no tengas nada importante que decir, envíale este mensaje a quien o a quienes alguna vez lo hicieron.
Y también mándaselo a quienes todavía no lo han hecho.
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Las personas a tu alrededor notarán ese gesto, y te lo devolverán empacando tu paracaídas con ese mismo afecto
Todos necesitamos de todos, por eso demuéstrales tu agradecimiento.
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A veces las cosas mas importantes de la vida solo requieren de acciones sencillas
Solo una llamada, una sonrisa, un gracias,  un Te Quiero, un Te Amo.
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Gracias por todos los favores que sin merecerlos recibí de ti y nunca te agradecí
Tomado: http://www.renuevodeplenitud.com/reflexiones-%C2%BFquien-empaco-hoy-tu-paracaidas.html#

domingo, 9 de marzo de 2014

Práctica 10 puntos OSI-0310

Estudiantes de Cotuí y Barahona, su práctica de 10 puntos consiste en ver este video y contestar: ¿Cuál es la importancia del tema y porque?,
Deben poner nombre, apellido, matricula, sección y lugar.

El lirio inconforme


Había una vez un lirio que vivía apartado a la orilla de un riachuelo, en compañía de algunas ortigas y alguna otra flor amiga. Lleno por la alegría de vivir, el tiempo pasaba sin que se diera cuenta, como el riachuelo que corría al lado.
Un día le fue a visitar un pequeño pájaro que también apareció el día siguiente; después desapareció por algún día, después reapareció de nuevo. El lirio no lograba entender cómo podía moverse y cambiar de sitio.
El pequeño pájaro era un pájaro malo. En vez de identificarse con el lirio, de alegrarse de su gracia y de compartir su felicidad, se puso a ostentar la propia libertad y a tomarle el pelo a la flor.
No contento con esto, aquel fanfarrón se puso a contar toda clase de historias, verdaderas y falsas: Le decía que en otros lugares había una abundancia de lirios mucho más espléndidos que vivían muy felices. .
El lirio se volvió inquieto, y cuanto más escuchaba al pájaro, más celoso se ponía y más triste, cada día. De noche, ya no podía dormir sueños tranquilos y al amanecer no se despertaba de buen humor. Se sentía prisionero.
Mientras tanto el pequeño pájaro iba y venía; y cada una de sus idas y venidas alimentaba el tormento del lirio. Hasta que éste le pidió al pájaro que lo llevara a conocer otros lugares, Al día siguiente el pequeño pájaro llegó muy temprano. Con su pico arrancó el lirio que tuvo así su libertad, lo llevo a un  lugar donde florecen los lirios imperiales, y a las pocas horas el lirio murió.

¿Eres una Zanahoria, Un Huevo o Un Grano de Café?


Una joven fue a ver a su madre. Le contó sobre los momentos que estaba viviendo y lo difícil que le resultaba salir adelante. No sabía cómo iba a hacer para seguir luchando y que estaba punto de darse por vencida y abandonar todo..

Su madre le pidió que la acompañara a la cocina. Llenó tres ollas con agua. En la primera colocó zanahorias, en la segunda huevos y, en la última, colocó granos de café molidos. Sin decir una palabra esperó que el agua de las ollas empezara a hervir.

Retiró las zanahorias y las colocó en un recipiente. Hizo lo mismo con los huevos. Luego, con un cucharón, retiró el café y también lo puso en otro recipiente. Dirigiéndose a su hija, le preguntó: "Ahora dime lo que ves".
 "Veo zanahorias, huevos y café", fue la respuesta de la hija. La madre le pidió que se acercara y tocara las zanahorias. Estaban blandas. Después le pidió que tomara un huevo y lo pelara. Una vez retirada la cáscara, pudo observar que el huevo se había endurecido. Finalmente, le pidió que tomara un trago del café. La hija sonrió al oler el rico aroma que desprendía la infusión.
Entonces la hija preguntó: "¿A qué viene todo esto, mamá?" La madre le explicó que cada uno de esos objetos había tenido que enfrentar la misma adversidad -el agua hirviendo- pero cada uno había reaccionado de una manera diferente. La zanahoria era dura, resistente en el momento de haber sido colocada en el agua. Sin embargo, al ser sometida al agua hirviendo, quedó blanda y débil. La frágil cáscara exterior había protegido al líquido del interior del huevo. Pero, una vez hervido, el interior se endureció. Sin embargo, los granos de café molidos eran singulares. Una vez colocados en el agua hirviendo, fue el agua la que cambió.

La esperanza de un sueño:


Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un Chapulín
- ¿Hacia dónde te diriges?, le preguntó.
Sin dejar de caminar, la oruga contestó:
- Tuve un sueño anoche; soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.
Sorprendida, la hormiga dijo, mientras su amigo se alejaba:
- ¡Debes estar loco!, ¿Cómo podrías llegar hasta aquel lugar? - !Tú, una simple oruga!. Una piedra será para ti una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.
Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó.
Sus diminutos pies no dejaron de moverse. De pronto se oyó la voz de un Escarabajo:
- ¿Hacia dónde te diriges con tanto empeño?
- Sudando ya el gusanito, le dijo jadeante:
- Tuve un sueño y deseo realizarlo, subiré a esa montaña y desde ahí contemplaré todo nuestro mundo. El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo:
- Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa.
Y se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros. Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir de su sueño!
-¡No lo lograras jamás! - le dijeron-, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir. Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar:
- Estaré mejor, fue lo último que dijo, y murió.
Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió "por querer realizar un sueño irrealizable".
Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una ADVERTENCIA PARA LOS ATREVIDOS. De pronto quedaron atónitos.
Aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arcoíris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: UNA MARIPOSA.
No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.
"Todos se habían equivocado".

 Elevar el vuelo…. o morir


Si sientes que la vida no tiene sentido, que los problemas te están acabando, memoriza esta parábola:

“Un pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio del pantano, se había acostumbrado a estar ahí, comía gusanos del fango y se hallaba siempre sucio por el pestilente lodo. Sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre hasta que cierto día un gran ventarrón destruyó su guarida; el árbol podrido fue tragado por el cieno y él se dio cuenta que iba a morir.

En un deseo repentino de salvarse comenzó a aletear con fuerza para
emprender el vuelo, le costó mucho trabajo porque había olvidado cómo volar, pero enfrentó el dolor del entumecimiento hasta que logró levantarse y cruzar el ancho cielo, llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso”.

Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y te están obligando a elevar el vuelo… o a morir…

domingo, 2 de febrero de 2014

Dedé, exquisita combinación de humildad, empoderamiento y compromiso

Volar junto a sus eternas mariposas era un anhelo de vida de Doña Dedé Mirabal, quien por azares del destino fue la sobreviviente de esta historia que cambió el rumbo de la vida de muchos.


 Siempre conversadora, amigable y con deseos de transportarnos a esos episodios que narraba con tanta vehemencia Dedé, dedicaba su día a recibir en la casa museo familiar a todos los que con deseos de escuchar esta leyenda de alguien que con el tono de su voz aguda en combinación con los matices que le daba a su narración, llevaba a uno a sentir que lo descrito estaba pasando en tiempo real.


Preservo con honor el nombre de sus hermanas, se mostró siempre alegre por el cariño y respeto que esta media isla le propicio a su familia, conversando con ella hablaba de Patria con orgullo sus ojos se le llenaban al describir que cualidades la adornaban, de María Teresa con nostalgia por la relación que llevaban y de Minerva, hay de Minerva hablaba con tanta fuerza que se estremecía, decía que era tan decidida que hasta a sus padres le sorprendía con esa voluntad tan férrea que hizo que todos le respetaran y amaran siempre.


Qué bueno que tantos niños y chicos visitaron la casa museo y pudieron convivir con esta dama representante de nuestra historia reciente, siempre en su jardín la recordaremos, sonreída, sobria y cumpliendo con su rol, el rol que la vida le encomendó, el de narrarnos la vida de nuestras heroínas, que al final era la suya propia.


En Dedé se daba una exquisita combinación de una persona humilde, empoderada y comprometida, era accesible para quien deseara conocerla, para una foto o conversadita, de igual manera conocía la historia al dedillo y sin embargo asumía que narrarla a su estilo y sin obviar detalles, esa su compromiso en la tierra.


Ahora en el Eco Parque de La Paz que tanto cuido, volaran cuatro mariposas y estamos seguros de que las primeras tres estarán felices de recibir esta hermana mariposa que en la tierra suplió el rol de madre, amiga, narradora de su familia y del país.

Frase para reflexionar....

La gloria, la felicidad y el éxito es para los vencedores; para los que saben que Dios va delante peleando sus batallas por ellos; para los que no temen caer porque saben que su fe los levantara!!!!