Por:
Damaris Caminero
Hdez.
Caminero9977@hotmail.es
Elizabeth Lantigua Morales.
Elimel24@gmail.com
La familia es la base
fundamental de la sociedad, cada una tienen característica propias que la
identifica. En los últimos tiempos la
familia ha cambiado el patrón cultural, debido a los diferentes factores que
inciden e influyen en ella.
En la vida familiar hay momentos constantes y maravillosos,
pero también sobrevienen los infortunios,
las desgracias y las carencias, por lo que pensar en la vida familiar como una perfección
es condenarla al fracaso.
La exigencia de ubicarla
como un ideal de excelencia y como único espacio posible de desarrollo de la
persona, la transforma en una estructura cerrada en sí misma, es por ello que
la parte afectiva es de mucha importancia para la dinámica de esta.
Todos necesitamos de una
familia, no importa si es numerosa o esta formada por pocas personas; tampoco
si los padres son adoptantes, si se convive en una familia ensamblada o en
donde los padres estén separados.
Para construir una
familia equilibrada es necesario cada uno de sus integrantes puedan
relacionarse, pactar y llegar a acuerdos que le permita mantener una
estabilidad positiva dentro de esta.
La familia conforma un
espacio de acción en el que se definen las dimensiones básicas de la seguridad
humana y de integración social de la personas;
el lograr promover la estabilidad familiar se convierte en nuestro reto
diario; debemos comprometernos como miembros de un sistema a propiciar las
condiciones necesarias que permitan contrarrestar las amenazas que se
presentan.
A fin de satisfacer
plenamente las necesidades emocionales esenciales que tienen los seres humanos
es necesario que exista el amor incondicional, en donde se permita la libre
expresión y se respeten las individualidades y la comunicación sincera sea
parte de nuestra convivencia.
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