Por: Danitza Rojas Genao
Desde siempre nos han zurcido el borde de los labios con
dolorosas agujas para que no hablemos de la violencia que se da en los
hogares. Para hablar de la no violencia
debemos descosernos los labios y desnudar una situación de la que todos somos
cómplices la violencia no se genera sola se da por un sin número de factores
que desbordan un arsenal de experiencias vividas y aprendidas.
Enseñar a los hombres a dejar ir a quien en su momento lo
vio cómo su todo y que hoy no está dispuesto a seguir a su lado es de ley para
parar estas matanzas. Es fundamental
educar a las mujeres en su amor propio entendiendo que tiene el derecho a decir
no más, que aprendan a ejecutar separaciones inteligentes, que no desmoralicen
o minimice la relación que se tenía, la separación digna es guardar un duelo,
aminorar los vínculos comunes, crear espacios nuevos alejados que en otros
momentos eran de convivencia en pareja.
Arranco mis hilos y con dolor debo expresar que desde las
iglesias se debe sensibilizar sobre lo que se expresa en Efecios 5:33 ¨los
maridos deben amar á sus mujeres como á sus mismos cuerpos¨, una forma de promover el cuidado y respeto.
Infructífero ha sido el rol del estado, las campañas
contra la violencia no se sienten con la acometividad requerida para resolver
la lastimante realidad que este año ha lacerado el corazón de mas de 70
familias dominicanas. Los programas
gubernamentales deben poner el foco en las familias, de ahí vienen esos hombres
que con actos misóginos destruyen vidas.
Vivo en una sociedad que ya ni se inmuta ante un caso
nuevo de feminicidio, con los ojos vendados de las instituciones que deben
velar parar detener estos actos, los oídos entaponados de quienes dañan, las
manos atadas de las que sufren violencia
y los labios descosidos de quienes gritamos. ¨alto a la violencia
intrafamiliar¨
La sociedad no
aguanta más actos violentos contra la mujer y sus hijos, pues aunque unos
quedan viviendo, también mueren emocionalmente al perder a su madre a manos en muchos casos de su progenitor.