Celanda Alcántara Días
Madalys Gonzàlez
La Educación Afectivo Sexual es una necesidad en las
diferentes etapas del desarrollo humano; el desarrollo integral de
las personas debe ser el propósito primordial de los procesos de
enseñanza- aprendizaje. Es importante lograr una formación
contribuyente de manera asertiva, realista, efectiva, estable y
equilibrada, mediante el cual la persona establece relaciones con
el ambiente o el entorno social, primero con padres y madres y
luego con la realidad social.
El lograr un comportamiento equilibrado, afectivo y
emocional facilita al niño/a alcanzar un desarrollo integral y la
madurez necesaria para actuar ante los diferentes procesos
evolutivos de integración y armonía frente diferentes aspectos de
los sistemas constituyentes de si organismo.
Es importante
destacar que las
primeras etapas de
nuestra vida es
donde se concretiza
la personalidad en
torno a las
relaciones que se
dan en el hogar con
los padres, madres,
hermanos/as y
entre otras
personas allegadas
al entorno familiar.
La familia es la
primera institución
o entidad forjadora
de valores, con las
que las personas
sostienen sus
primeras formas de
interacción
comunicativa,
íntima, táctil y de
cuidado
(protección)
La relación íntima más relevante es
la establecida entre el niño/a y
adolescente, con su madre o la
persona encargada de su cuidado.
Estas primeras relaciones en el hogar
marcarán el desarrollo integral en
sexualidad de forma positiva o
negativa al reaccionar a las diferentes
situaciones de su desarrollo vital.
En los centros educativos
se debe valorar más la
importancia que tiene la
Educación Afectivo Sexual,
tratando de mantener
estrategias adecuadas para
un desarrollo en lo afectivo
de niños/as y adolescentes.
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